El jugador de rugby según su posición


Mi amiguete Nacho, a quien el Altísimo guarde muchos años, me envió hace unos días este compendio de sabiduría rugbística.

Consideraciones:

  • A los que no sabéis del tema, os puede servir para aprender un poco de este noble deporte
  • Los que me conocéis, ¿sois capaces de ubicarme? Igual os lleváis alguna sorpresa...


La primera línea:

Sin duda los hombres más varoniles en el campo. Esta panda de gordos, peludos, carnívoros, engullidores de cerveza, que pueden destrozar y de hecho destrozarán (o por lo menos lo intentarán) cualquier cosa que se ponga en su camino. Se deleitan con la violencia inerte de la melé, raramente son considerados “buena gente”; de hecho, los hay que ni los consideran gente. Los primeras líneas toleran esta actitud porque reconocen su papel en lo más alto de la cadena alimenticia, y están acostumbrados a sufrir a los tontos que tienen a su alrededor. Aunque quien les acusa de ser estúpidos, prefiero pensar que ellos están “abiertos a formas heterodoxas de pensar”

La segunda línea:

Justo por debajo de la primera línea en la cadena alimenticia. Al igual que con los primeros, no es recomendable dejar cerca de sus fauces ningún apéndice que se pretenda conservar cuando están comiendo. Este grupo de altos, a menudo apestosos y brutos conoce los más refinados matices de pisotear el cuerpo de un contrario caído, y contarán la anécdota una y otra y otra vez... Tienden a tomarse demasiado en serio que se les llame “sala de máquinas de la melé”, pero pueden resultar útiles si se les infunde el suficiente odio hacia el resto de la humanidad. Y aunque los miembros de esta orgullosa fraternidad gustan de pensar de sí mismos que tienen “formas poco convencionales de pensar”, normalmente lo que son es medio tontos.

La tercera línea:

Son una panda de chavalotes en muy buena forma física que, cual panda de hermafroditas, no tienen claro su papel en esta vida. Aunque saben que están irremediablemente unidos a la delantera, los hay que echan de menos el peinado perfecto y engominado que conlleva ser un tres cuartos. Algunos jugarán como delanteros e intentarán ganar el balón como sea; otros romperán la regla de oro del delantero, e intentarán hacer cabriolas con el balón. Generalmente no son del todo malos, pero yo me pregunto qué lleva a un delantero a llevar un peine y ropa elegante para después del partido...

Medio-melé:

Hay quien piensa en este tres cuartos como un delantero honorario. Yo pienso en el medio melé como un medio nena. Aunque tiene el dudoso honor de ser el más duro de entre los tres cuartos, lo que representa este tío es de risa: algo así como la chica gorda más sexy. Los delanteros toleran la presencia del medio melé, porque saben que abrirá el balón a las nenazas de la Línea, que lo dejarán caer y les proporcionará el placer de otra melé.

Apertura:

Su tarea es dirigir las coreografías del resto de tres cuartos (un más que cuestionable honor, cuanto menos). Básicamente, por lo que yo he visto, para lo único que valen es para patear el balón y proporcionar una caída más blandita a los terceras contrarios. Suele ser de pies ligeros. Hay quien mantiene que hay que proteger a esta maricona, pero personalmente me cuesta apoyar a alguien que golpea un balón de rugby con el pie aposta.

Centros:

Los hay de dos clases: caballos de batalla y mariposonas. El primero es el que interesa tener, y anuncia su presencia con una autoridad que raramente es encontrada más allá del número 8. Las mariposonas son mucho más corrientes; intentarán evitar el contacto a toda costa. También se les da bien el ponerse a llorar y abandonar el campo para consolarse en el hombro de su inevitable novia. Ambos tipos suelen llevar una extensa colección de productos para el cabello y suelen ser de los mejores vestidos en el Tercer Tiempo.

Los 3 de atrás:

Los hay que gustan de separarlos en 2 alas y un zaguero, pero juro por Dios que no soy capaz de distinguirlos. ¿Cómo puede alguien jugar un partido de rugby y acabar totalmente limpios? Se han dado casos de alguno de estos individuos que salió del campo con la camiseta aun más limpia de lo que ya la traía. Estas nenazas gustan de decir frases del tipo: “la velocidad mata”... qué monos. Pues yo tengo otra para vosotros: ¡¡sois unos maricas!! Se les suele reconocer porque en el Tercer Tiempo serán los que vistan de forma elegante, beban en copas de vino alejados de la piara engullidora de cerveza y hablen de forma refinada. Personalmente, a mí no me molestan, porque quedan la mar de monos como decorado

1 comentario:

MAREA dijo...

Pues no he aprendido muxo pero me he deleitado bastante con la idea de varias filas de tios caxas.....Gracias.